martes, 5 de enero de 2010

Mi primer rancho

¿Pican?, No!, -respondió, entonces qué son? Y ella me contesto suavemente, son chupa rosas fíjate bien y veras que están chupando una flor, eso es su alimento. Yo solo veía un pequeño pájaro moviendo sus alas rápidamente aun así pude notar su pico, era tan largo y servía para poder alcanzar el néctar de las flores, me dio miedo como toda niña pequeña porque era la primera vez que visitaba el rancho de mi abuela y nunca había visitado un rancho, tenía mucha curiosidad y me decidí explorar alrededor de la casa, caminaba lentamente sintiendo la tierra en mis huaraches había piedras grandes, botes de aluminio utilizados como macetas, rejillas de madera llenas de cosas viejas y yo solo pensaba que era genial que tuvieran tantas cosas sin usar, había tanto que ver. Alcé mi cabeza guiñando mis ojos porque el sol era tan brillante como nunca lo había visto, de pronto nos llamaron a pasar a la casa y note que las puertas eran de madera y fue lo que llamo mi atención, puse mi manita sobre una de ellas y vi que eran muy altas, era una puerta partida a la mitad y para cerrarla debía juntarlas, es como un rompecabezas! -Pensé. Eran muy gruesas y para salir de una habitación y trasladarse a otra había una puerta que podías cerrar, nunca había visto eso, eran maravillosas y podías convertir cualquier habitación en dormitorio cuando quisieras, todo parecía tan alto y yo era pequeña. Tome la mano de mi mama para retomar confianza, ella acaricio mis rizos y dijo; es la casa de tu abuelita así que todo está bien, me miro y cuando me dijo eso confié en ella, solté sus manos y salí corriendo hacia el patio no sin antes pasar mis manos por las flores y fue ahí cuando perdí el miedo en mi primer visita en el rancho.

No hay comentarios:

Publicar un comentario