Un día como cualquier otro en el trabajo……
Yo trabajo en un bar llamado "El extraño, yo soy
Sara y tengo 27años, siempre quise estudiar pero decidí trabajar así que busque
saliendo de la prepa y termine en este lugar, “El Extraño” se encuentra entre
la avenida Juárez y la calle Mariscal este lugar tiene más de 80 años yo apenas
en el tengo 2 años, por fuera parecería
una cantina común y corriente, vieja y desarreglada como todas las de ahí pero
cuando entras es como si entraras a otra época, la luz siempre es tenue y los
focos viejos iluminan con un tono amarillo solo hay mesas para dos personas son
mesas de madera gruesa y las sillas de igual manera, los asientos y el respaldo
de piel color anaranjado, en algunos de ellos se pueden apreciar estrías en
varios lados , el lugar era pequeño así que había un total de 8 mesas, además
estaba la barra y tenía 6 bancos, los bancos eran del mismo estilo que el resto
de las mesas y sillas, las paredes se encontraban forradas de cuadros de fotos
viejas de todo tipo algunas de ellas habían sido intercambiadas por un trago de
alguno de nuestros clientes, el bar funcionaba de esa manera existia un tipo de
intercambio donde se recolectaban antigüedades por un trago de whisky, tequila
o vodka o incluso cerveza de esa manera a el dueño del lugar, “Don Agustín” le
empezaron a gustar las antigüedades aquella noche en que por primera vez le
ofrecieron tomar un objeto único a cambio de 3 cervezas, al principio don Agustín
lo negaba rotundamente alegando que se iría a la quiebra el lugar porque
después todos querrían hacer eso pero Nacho un joven adicto fue muy insistente
y la historia detrás del articulo fue algo imposible de rechazar, don Agustín
cámbieme unas cervezas por esto, le mostraba una bolsa de papel arrugada, don Agustín
le negaba con la cabeza diciéndole, Nacho consigue un trabajo ponte a hacer
algo muchacho tienes mucho tiempo sin hacer nada y por eso la delincuencia te
parece algo normal, está mal Nacho aun eres joven y tienes mucho por delante,
Nacho solo le escuchaba y movía la cabeza como aceptando sus consejos y
dispuesto a seguirlos, cuando el termino de aconsejarle Nacho interrumpe y le
dice mire, pero mire con cuidado en eso saca de la bolsa de papel un paquete
envuelto en una manta vieja casi a punto de romperse, lo pone en la mesa y lo
descubre lentamente, eran muchos sobres como cartas viejas eran muchas casi
podría asegurar que eran como 20 de ellas, don Agustín estaba maravillado y no
podía decir nada, las toma lentamente y levanta la primera tratando de buscar
algo de luz que le permitiera leer a quien iba dirigida y se asombra de ver que
eran de Porfirio Díaz y eran dirigidas a …. Juanita
Entonces don Agustín le dice; pero muchacho de dónde has
obtenido esto? es maravilloso….. Nacho
dice con gran orgullo, son mías me fueron heredadas de mi bisabuela, vengo de
la familia Díaz y mi bisabuela obtuvo estas cartas cuando esa catrina se
atrevió a enseñárselas con el fin de que Don Porfirio la abandonara y se fuera
con ella pero no fue así y mi bisabuela vivió con ese desamor toda su vida.
Pero Nacho como es que tu eres bisnieto de un revolucionario? Don Agustín todos
venimos de ellos pero no sabemos bien la historia detrás de nuestras familias,
acépteme este intercambio porque tengo miedo a ofrecerlas en otro lado donde no
las sepan apreciar, don Agustín se levanto de la mesa y fue a la barra, tomo
una botella de tequila y dos caballitos y le dijo; muchacho déjamelas pero con
la condición de que te tomes esta botella conmigo, yo cuando los vi destapar la
botella y pensé, vaya! Es verdad todos venimos de familias que no sabemos…